Autor: Josep Miquel Bonet Santacreu
La aparición de gente foránea en Fet, un lugar aislado y con malas comunicaciones siempre sería una noticia importante en el pueblo, pero la visita de una autoridad como el gobernador civil de Huesca en 1950 debió de significar para los habitantes de este lugar un acontecimiento de la máxima importancia.
Pero primero pongámonos en las circunstancias del pueblo en aquel tiempo: estaba aislado, sin luz eléctrica (de hecho no llegó tenerla nunca), hacía poco tiempo que se había abierto una primera pista desde Penavera, que enlazaba con Caladrones por el río, hasta las proximidades del pueblo, pero que estaba en pésimo estado y solo era transitable con camiones o vehículos todo terreno; además se añadía que con las riadas del río de Caladrones el camino quedaba en pésimo estado por no decir intransitable completamente; contaba desde hacía unas decenas de años con un puente que cruzaba el río Noguera Ribagorçana cerca a Montfalcó, que había abierto el comercio e intercambios con Ager y Balaguer, pero el trayecto hasta el puente tenía que hacerse a pie o con animales. La economía seguía siendo básicamente de autoabastecimiento, mientras que en el resto del país esta empezaba a resurgir tímidamente los duros años de la posguerra. Además el futuro del pueblo estaba amenazado por la construcción del embalse de Canelles con la consecuente inundación de las mejores tierras del Sot.
En estas circunstancias, siendo alcalde Joaquin Bonet Fuster de casa Prepau, realizó una visita al pueblo la máxima autoridad provincial, el gobernador civil de Huesca y jefe provincial del Movimiento, Ernesto Gil Sastre el 27 de noviembre de 1950.

De hecho, la visita de esta autoridad se vio precedida por hasta tres viajes a la capital del alcalde de Fet para solicitar ayudas.
Entre el séquito de personas que le acompañaban sabemos que vino el propietario de la harinera de Camporrells Sr. Manuel Campo Tolosana, padre del periodista Manuel Campo Vidal, y que también un periodista del diario de la provincia, llamado Nueva España, que posteriormente haría la crónica de la visita.
El dirigente de Huesca vino hasta el final de la pista, en las Fontetes de Prepau (situado aproximadamente donde actualmente se encuentra la caseta de los cazadores), suponemos que con algún vehículo. Allí lo recibieron las autoridades y representantes locales y terminaron de hacer los 2 o 3 últimos kilómetros a pie debido a que en ese tiempo todavía no había pista.
En el pueblo le hicieron una gran acogida, que incluía un arco hecho de ramas y hierbas entre casa Guillem y casa Cutanda, con una pancarta de bienvenida y toda la gente, hasta los niños con banderitas.
El alcalde, Joaquín Bonet Rourera de casa Prepau, condujo al gobernador civil y su comitiva hacia la roca molinera o cruz que estaba cerca de la iglesia y allí hizo un discurso, donde le expuso la situación de abandono del pueblo. Amparándose en este hecho, solicitó a la autoridad que para evitar la despoblación de Fet habría que hacer una carretera desde Purroy hasta la curva de Agulló ya en Cataluña, y que pasaría por nuestra localidad.
Posteriormente el gobernador civil hizo alguna promesa: se comprometió a dar dinero para arreglar el paso del camino para Penavera hasta Estopiñán por la partida del Prat, para evitar los problemas del trayecto por el barranco que venía de Caladrones hasta Penavera y que hacía impracticable de facto su uso, y también a dar una nueva cruz para la roca molinera. También habló de la posibilidad de todos los pobladores pudieran marchar a un nuevo pueblo de colonización en el Somontano aragonés.
Como todas las informaciones transmitidas oralmente por diferentes fuentes, y más en nuestro caso en que nuestros informantes eran muy jovenes, hay hechos contradictorios, dado que algunos nos hablan de que prometió una cruz para la rueda molinera o que dio permiso para cazar jabalíes, siempre que no fueran a Cataluña, mientras que otros informadores afirman que no se habló de esto o simplemente dicen que no lo recuerdan. También los hay que afirman que participó en una cacería de jabalí, mientras otros dicen que no.
Posteriormente prepararon una comida, a base de productos de la tierra, donde no podía faltar la “chireta» tal y como se conocía en la zona.
Para los que no son conocedores, la “chireta” es un plato típico de Fet y de algunas comarcas próximas del Pirineo aragonés y también de comarcas vecinas de Lleida, hecho con tripa de cordero girada, rellena de arroz, tripas, corazón y otras vísceras de cordero.


La comida se hizo en el comedor de casa Cotó, seguramente porque éste era el más grande.
Por la mañana la gente de Fet habían ido a cazar un jabalí para el gobernador que le entregaron como regalo u ofrenda de parte del pueblo.
Finalmente el gobernador se marchó, dejando a la gente un sabor agridulce; por un lado los impresionó que una personalidad les hubiera visitado, pero los frutos de sus promesas fueron muy escasos.
La prensa provincial comentó esta visita, pero de esto y de su repercusión en Fet hablaremos en una próxima entrada.
Fuentes de la entrada
Las fuentes de la entrada son esencialmente las aportaciones de diferentes informantes, entre los que se incluyen Antonio Bonet Rourera de casa Prepau, Joaquín Bonet Rourera de casa Prepau, Josefina Santacreu Tomás de casa Tomás, Josep Visa Bonet de casa Aiguader, Luís Santacreu Tomas de casa Tomás, María Santacreu Tomas de casa Tomás, Miquel Berga Ros de casa Farrando y Paco Santacreu Tomas de casa Tomás. Las informaciones dadas se han complementado con la noticia que apareció en el diario Nueva España de 30 de noviembre de 1950.
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